sábado, 10 de marzo de 2012

La pugna constante

Bueno. Una vez mas ingreso a éste sitio, al cual tenía voluntariamente olvidado, como a otras tantas cosas que relego, en una búsqueda constante de nuevas experiencias renovadoras que me llenen de buena energía ese vacío existencial que tengo -y que todos, en algún punto, tenemos-.
Extraños pensamientos aquejan mis neuronas en éste momento, las cuales luchan en una pugna constante por encontrar el sosiego que perdieron hace tiempo, entre tantos vaivenes de mierda. Por un lado, la reiterada idea de que no puedo confiar en nadie, y que nadie puede confiar en mi. Por otro lado, que no se hasta qué punto eso me molesta. Y por último, un deseo casi incontenible de hacerme daño.
Ordenando todas las ideas, lo primero que me viene a la mente es droga. Ya no mas un simple porro, o un fernet. Drogas propiamente dicho, drogas duras, de esas que te dejan del orto en serio, o viejos recuerdos lastimosos de daños físicos provocados por mi mismo, qué se yo, uno nunca sabe. 
Seguido de ese triste y patético sentimiento autodestructivo, encontramos la contracara perfecta: el olvido. El deseo irrefrenable de seguir adelante, dejando atrás el pasado, y con el a esas personas que tanto me han marcado, y dañado. El problema del olvido, es que es una utopía imposible de llevar a cabo, por lo menos de una forma perdurable en el tiempo, y que si es alcanzada a corto plazo, seguramente sea de la mano de algún estupefaciente -volviendo al punto anterior, dónde la faceta autodestructiva toma la ventaja-. Por otro lado, el olvido no es una manera inteligente de sobrellevar las situaciones dolorosas de la vida, porque con ellas viene la sabiduría y la oportunidad que nuestra psiquis nos ofrece, de NO cometer los mismos errores (paradoja interesante, teniendo en cuenta de que el ser humano mas de una vez tropieza con la misma piedra).
La escritura es la manera mas sana de sublimar el dolor y la mierda que tengo adentro, pero sé que no va a durar mucho tiempo la calma que ésta dulce herramienta proporciona, motivo por el cual tendré que buscar mas alternativas para seguir adelante, entendiendo que no soy perfecto, que vos tampoco lo sos y que de seguro la persona que lee ésto tampoco lo sea. De cualquier modo, siempre es lindo volver a volcarse a la redacción en su mas pura expresión, ya no tratándose de trabajo, o de cuestiones académicas, sino mas bien de una satisfacción y deseo personal de mejora.
De cualquier modo, gracias.

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